El pasado martes estaba junto a mi ventana, oí un frenazo seguido de un golpe, miré y vi un niño tumbado boca abajo en el asfalto de la carretera, acababa de ser atropellado, salí corriendo, por un momento pensé que había muerto, pero lo ví moverse y me habló. La alegría que sentí fue muy grande, pedí una ambulancia, hice lo que cualquiera hubiera hecho.
Lo que no voy a olvidar nunca fue la cara de su madre, cuando llegó me miró con ojos de desesperación, por suerte pude decirle que el niño estaba bien.
Yo vivo junto a la carretera, cada día veo las infracciones de velocidad de los vehículos que la transitan, el paso de peatones no se respeta y los ciudadanos de Villanueva del Duque nos sentimos indefensos ante esta situación. Hace cuatro años presenté un escrito en el Ayuntamiento informando de la situación que se vivía cada día al cruzar la carretera que atraviesa nuestro pueblo, y solicitando se adoptaran medidas de regulación del tráfico y desde entonces, lo único que se ha hecho es colocar a la entrada del pueblo unas bandas sonoras, que como su propio nombre indica, sólo sirven para hacer ruido, porque no han frenado la velocidad de los vehículos.
Necesitamos por tanto, se adopten medidas eficaces por parte de quien tenga competencia en la carretera (Junta de Andalucía, Ayuntamiento, etc), para que se regule el tráfico y podamos cruzar la carretera con seguridad.
Yo también soy madre y puedo comprender la cara que ví el otro día, yo no quiero pasar por lo mismo, ni quiero ver a mi hijo tumbado en el asfalto.
Apelo por tanto a la conciencia de quien tenga en su mano iniciar los trámites que sean necesarios, y que no queden sólo en eso, guiándonos por las emociones del momento, queremos resultados y los queremos antes de que ocurra una desgracia mayor, no después.
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