Querido amigo Juan: Soy yo quien debe disculparme ante ti por haber tardado tanto en responder a tus cálidas y hermosas palabras evocando los sonidos, los colores y los sabores entrañables de nuestro querido pueblo natal. Me emocionan, sinceramente, tus palabras, pues en ellas adivino una buena persona. En los tiempos que vivimos, cuando todo está tan desnaturalizado y el ambiente social es tan frío, encontrar personas que tienen nostalgia honda y sincera de la tierra natal perdida es algo que me conmueve de verdad. Agradezco que te acuerdes de mis buenos amigos, los hermanos Aguilera, mis mejores compañeros de la infancia, y que menciones el sabor de los hornazos y de los borrachuelos que hacía tu madre en los días sagrados de Semana Santa, aquellas fiestas de nuestra infancia que nunca más volveremos a contemplar con los ojos inocentes y mágicos de la niñez. Me encantaría poder verte pronto, cuando vengas al pueblo, y dedicarte mis libros. Por supuesto que será un gran honor para mí. Te lo digo de corazón. Sólo quiero pedirte nuevamente perdón por no haberte respondido antes. No quiero, por favor, que pienses mal de mí. Ando liado siempre en mil asuntos y, a veces, no puedo atender cosas que nunca debía dejar esperar tanto. Sé que comprenderás mis disculpas. Algo que te agradezco de verdad. Sin nada más, deseándote todo lo mejor y esperando poder verte pronto en Villanueva del Duque, nuestro pueblo, recibe un abrazo sincero de tu paisano y amigo, Alejandro López Andrada. |